Blogia
estherrrivero

A propósito del Banco Mundial

A propósito del Banco Mundial

Después de haber leído el informe del Banco Mundial algo de pesimismo impregna el panorama que se nos presenta en educación y en el ámbito social en general.

Parece que en lo sucesivo se priorizarán los empleados productivos y no a la persona que llevan dentro. Esto nos conduce a la enajenación de la propia identidad y de la cultura de la que provenimos. Si el ser humano es un ser social, y las políticas de empresa y el mundo girarán en torno a la economía, se está atentando contra nuestra naturaleza.

Parece que no tendrán cabida las carreras y el futuro profesional relacionado con las ciencias sociales, por el contrario el ámbito empresarial, económico y todo aquello que está más relacionado con el número, será valorado en el terreno laboral. Esto no es una novedad. Hemos sido testigos, sobre todo la generación que hemos estudiado latín obligatorio en segundo de BUP, como la letras y las humanidades se extinguían en la formación de los alumnos de secundaria, total, ¿para qué sirve? Ni la literatura, ni la historia generan beneficio, por lo que se eliminan del plan de estudios, o se les da menos validez y reconocimiento.

Estamos viviendo una crisis como la que se produjo en la época del Imperio Romano cuando trataron de equipararse e incluso encumbrar la cultura romana frente a la griega. Lo práctico es lo que hace al hombre virtuoso. Y algo así se está haciendo evidente en la actualidad. Ya no importa adquirir el conocimiento por el propio conocimiento.

Vamos a sustituir el principio utópico y romántico de la motivación por el de rendimiento, aunque suponga acabar con toda la teoría del aprendizaje que se ha ido forjando con los años y la experiencia, resultado del estudio de la persona y de si psique o alma en el proceso de aprendizaje que no en el producto.

Hemos sustituido el alma y el ámbito afectivo por la lógica y lo empírico llevado al extremo, y es que no hay nada más empírico que ver cómo el mundo gira alrededor del dinero.

Efectivamente la labor del orientador, del educador, va a tener mucha cabida en la deshumanización del hombre, pero según el principio de prevención, ¿cómo vamos a ser capaces de prevenir lo que está cambiando continuamente?

Retrocederemos a una práctica más remedial o terapéutica. Iremos siempre un paso por detrás y no obtendremos ni respuesta ni solución a los problemas que nos brinda lo inesperado.

La desigualdad entre clases sociales nos hará viajar a una época feudal y teocéntrica, pero sustituyendo las manifestaciones religiosas por las economicistas. Parece que no conocemos nuestra historia pues no dirigimos a repetirla.

Desde esta visión del mundo tan desigualitario habrá un común denominador para todos, seamos de la clase social que seamos y al margen de nuestras posesiones, y es que viviremos en contra de nuestra propia naturaleza.

Con  todo esto, a la educación se la dedicará una parcela muy pequeña, tanto en tiempo como en calidad, pues estamos ya subidos al tren (como se comentó el otro día en clase), y no podemos detenerlo ya sea por interés o por inercia.

0 comentarios